La amenaza de Trump de
salirse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC)
si no se renegocia a su antojo sigue latente. La posibilidad de un abandono
abrupto del mayor acuerdo comercial del planeta, que une a las tres economías
de América del Norte desde hace casi un cuarto de siglo, ha ido disminuyendo a
medida que los negociadores iban solidificando acuerdos en la renegociación.
Hoy, sin ir más lejos, el desenlace fatal es menos probable que hace un mes.
Pero con una personalidad tan volátil como la del magnate republicano al frente
de la primera potencia mundial nadie se atreve a descartar del todo este
escenario. Para tratar de acotar su probabilidad, México y Canadá ha redoblado
en las últimas semanas –entre la sexta ronda, celebrada en Montreal y la
séptima, que ha echado a andar este lunes en la Ciudad de México– la presión
sobre "personas clave" que pueden influir en Trump en las semanas
previas a la séptima ronda de negociaciones.
El último foro en el que
autoridades y empresarios mexicanos y canadienses han llevado su maquinaria de
persuasión ha sido la reunión de invierno de los gobernadores de una cuarentena
de Estados de EE UU, que se celebra estos días en Washington. El objetivo de
mexicanos y canadienses es claro: que los 33 gobernadores con los que han
mantenido contactos recientemente verbalicen, en público o en las reuniones que
mantendrán este lunes y este martes con Trump y el vicepresidente Michael
Pence, su apoyo al TLC.
Los gobernadores de Texas, Arizona
o Minnesota (los dos primeros, republicanos como Trump) ya han aireado su postura
contraria a la ruptura. "[Queremos] más comercio, no menos", ha
subrayado Doug Ducey, de Arizona, en el marco de la reunión de gobernadores.
Poco antes, Ducey había participado en reuniones y eventos conjuntos con
funcionarios mexicanos como Carlos Manuel Sada, subsecretario para América del
Norte del Ejecutivo de Enrique Peña Nieto. Como en muchos otros Estados del
centro y sur de EE UU, aproximadamente la mitad de su comercio es con su vecino
del sur y el 5% de los empleos de Arizona dependen directamente de estas
transacciones. Su anhelo es que Trump deseche definitivamente la idea de
abandonar del tratado.
"El TLC indudablemente
ha mejorado nuestro acceso de mercado y contribuido al éxito y crecimiento de
nuestro sector agrícola y manufacturero", añade el gobernador de
Minnesota, Mark Dayton, en una carta remitida al hombre fuerte de Trump en la
negociación, Robert Lighthizer. "Le aliento a que considere los beneficios
del tratado y espero que las conversaciones acaben con un resultado
positivo". En 2016, último año para el que hay datos disponibles, las
exportaciones de Minnesota a México y Canadá ascendieron a 6.400 millones de
dólares.
A menos de nueve meses de las
elecciones legislativas (midterm) de noviembre, en la que decenas de cargos
republicanos se juegan su puesto en Estados que dependen del TLC para su
supervivencia económica, los grupos de presión mexicanos han situado en el
punto de mira a los gobernadores y congresistas de Estados que le dieron a
Trump la presidencia en 2016 y cuya supervivencia económica pasa sí o sí por la
permanencia del TLC: Pensilvania, Ohio, Michigan y Wisconsin, por el en
manufacturas; Texas, por su estrecha vinculación con México en todos los
ámbitos imaginables –desde energía hasta sector primario pasando por la
industria–; y Nebraska, Iowa y Carolina del Norte y Carolina del Sur por la
dependencia de su sector agrícola de las ventas a México y, en menor medida, a
Canadá.
"La idea es que cale la
idea de lo sensible que es para EE UU seguir en el TLC", apunta una
persona cercana a las labores de cabildeo. "Y de que Trump no puede seguir
planteando una negociación ultradura que las economías de muchos Estados de EE
UU ya están empezando a sufrir".
Fuente: elpais.com
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